En unos días volvemos a enfrentarnos a uno de los momentos clave en Navidades: La cena de Nochevieja y la comida de Año nuevo.

De nuevo, queremos hacer hincapié de la importancia de disfrutar de forma consciente, flexible, sin miedos y sin culpabilidad de estas fiestas. Recuerda la oportunidad de poder decidir desde dónde elegimos comer de una u otra manera, y en caso de comer algo que de normal no entraría dentro de una pauta saludable, disfrutar del momento satisfaciendo otro tipo de necesidades emocionales, sociales o culturales sin remordimientos ni juicios.

Además, hoy te traemos una serie de tips que pueden ayudarte a “controlar” en cierta manera esa impulsividad y descontrol que priman en comidas abundantes y copiosas como las comidas de Navidad.

1. Si eres anfitrión/a de la celebración, piensa con cabeza las raciones y los diferentes entrantes que se van a ofrecer. Tendemos a hacer de más, a lucirnos, a preveer que nadie se queda con hambre… pero la realidad año tras año, es que aún con sobreingesta y terminando con niveles de saciedad incómoda, sobra comida. Y mucha. Sobra hasta el punto de que repetimos menú durante toda la semana hasta terminar con existencias. Para evitar esto: plantéate el número de comensales que seréis, propón un entrante por persona y garantiza que todos coméis de todo, pero sin que sobre nada.

2. Ofrece entrantes ligeros. Se supone que el plato fuerte viene detrás, asi que no tiene sentido que nos saciemos en esta primera fase de la cena/comida. Aprovecha para incluir entrantes a base de vegetales: tomatitos cherry aliñados, empanadillas de verduras, patés vegetales…

3. Sirve los entrantes en los platos. Al tener la oferta en medio de la mesa perdemos la conciencia de lo que estamos comiendo, nos dejamos guiar por el impulso y no nos damos cuenta ni de cantidades ni de disfrutar lo que comemos. Por ello: calma. Servid en los platos cada entrante y disfrutar con tranquilidad. Nadie os va a robar vuestra ración

Por el EQUIPO DE NUTRICIÓN